sábado, 10 de octubre de 2009

ENTERRADO VIVO...PUEDE HABER MUERTE PEOR

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La 25ª edición del Diccionario Médico de Steadman define la catalepsia como “un estado morboso caracterizado por la rigidez cérea de las extremidades, que pueden ocupar diferentes posiciones mantenidas durante un tiempo. El sujeto no responde a los estímulos, y el pulso y la respiración se vuelven lentos. La piel se pone pálida”. En el libro Anomalies and Curiosities of Medicine, de Gould y Pyle, se explica que los episodios de catalepsia o “estado de trance” pueden durar entre unas pocas horas a varios años. Un caso típico descrito en dicha obra es el de un soldado español de 22 años, confinado en el antiguo hospital militar de San Ambrosio, en Cuba. El hombre estuvo en estado cataléptico por un lapso de 14 meses. Ocasionalmente estornudaba o tosía y murmuraba algunas palabras [1].

Antiguamente, este fenómeno llevó a enterrar a muchas personas vivas que no demostraban signos vitales. Existían, no obstante, algunos métodos -no infalibles- para tratar de confirmar la muerte de un sujeto. Por ejemplo, a través de la “prueba del espejo”, que consistía en colocar un pequeño espejo debajo de la nariz de la persona y comprobar si éste se empañaba como producto de la sutil respiración; también se recurría a atar el extremo de uno de sus dedos con un lazo: si éste permanecía del mismo color entonces la persona se encontraría sin vida.

El miedo irracional y enfermizo a ser enterrado vivo se denomina tafiofobia. Quienes padecen esta fobia suelen dejar instrucciones expresas para que apuñalen su corazón o corten su garganta antes de ser enterrados.

En la medicina moderna se han registrado casos de pacientes que han permanecido algunas horas en parada cardiorrespiratoria y cardiocirculatoria, con lectura del electroencefalograma plano -sin actividad cerebral-, para después recuperarse. Debido a este tipo de situaciones, en España no se puede realizar un entierro o cremación antes de las 24 horas del momento del fallecimiento de una persona (certificado por un medico).

En Honduras, ha ocurrido recientemente este horrible caso.

La incredulidad invadió a la medianoche del viernes a los guardias de seguridad de la empresa minera que se ubica en la zona cuando escuchaban gritos que venían de una tumba del cementerio viejo del lugar.

El hecho inusual alarmó a los dos guardias que cumplían su turno en el plantel. Por temor a que se tratara de algo sobrenatural ignoraron los lamentos que salían de la tumba del joven Isaac Ramírez Pérez, 27, quien había sido enterrado el jueves por la tarde.

Sin embargo, para estar seguros, los guardias hasta en horas de la mañana avisaron a los familiares del fallecido, quien había sido declarado muerto en el Hospital de Occidente después de que se le practicó una cirugía que se supone le provocó la muerte.

La familia llegó hasta el camposanto a las nueve de la mañana del viernes; de inmediato rompieron el mausoleo y sacaron el ataúd.

Su sorpresa fue enorme cuando encontraron el cuerpo sudado. De inmediato avisaron a las autoridades, las que llegaron hasta el lugar para verificar si realmente el joven murió o qué fue lo que ocurrió.

Hechos

Según el relato de Francis Ramírez, un hermano del fallecido, Isaac presentaba un dolor fuerte en el estómago, por lo que decidieron trasladarlo hasta el Hospital de Occidente. El dictamen establecía que Isaac Ramírez tenía problemas en la vesícula, por lo que requería de una intervención quirúrgica. El joven fue ingresado a la sala de cirugía de hombres, adonde falleció un día después.

El hoy occiso fue velado en su pueblo acompañado por familiares y amigos. El jueves a las dos de la tarde, después de una celebración litúrgica, sus restos fueron trasladados hasta el cementerio viejo que se ubica en San Andrés Minas. Los relatos de la familia comentan que cerca de la medianoche los guardias escucharon gritos que provenían del cementerio: “Un guardia de la empresa minera escuchó cuando mi hermano gritaba en la tumba; con desesperación pedía que lo sacaran de la tumba. Ellos nos avisaron temprano en la mañana y no dudamos en venir y sacarlo”.

Ante este hecho las autoridades llegaron hasta el lugar para corroborar estos hechos. Sin embargo, a pesar que el cuerpo no estaba rígido no presentaba signos vitales.

A las dos de la tarde, agentes de la Dnic llegaron con el fallecido hasta el hospital adonde el médico forense dictaminó que el joven presentó un estado de catalepsia, que es cuando la persona estaba en aparente muerte y sin signos vitales, y que por eso se produjo este hecho.

En conclusión, cuando se evaluó a Ramírez se determinó que él ya había muerto por asfixia.Reportaje recojido de INNER EL PENDEJO.

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